Diez villanas ilustres de la literatura infantil

¿Recordáis el análisis sobre cuestiones de género en la literatura infantil y juvenil? En aquel post vimos que, como confirman algunos estudios, los personajes femeninos tienen menos peso que los masculinos en la LIJ. Y eso ocurre tanto por su cantidad como por su calidad, ya que a menudo los personajes femeninos, sobre todo los clásicos, responden a estereotipos que hacen un flaco favor a las niñas en el mundo real.

Un dato que me llamó especialmente la atención del estudio publicado por The Guardian al que hacíamos referencia en aquel post es la poca presencia de mujeres antagonistas en la LIJ: todavía ahora, esa responsabilidad tiene ocho veces más probabilidades de recaer en un personaje masculino que en uno femenino. El informe recogía las palabras de Jess Day, que lucha contra los estereotipos de género a través del movimiento Let Toys Be Toys: «Creo que la falta de villanas refleja una mayor incomodidad cultural con las mujeres que no se portan bien y no son buenas».

Por supuesto, también en estos casos aparecen los estereotipos, que afectan no sólo a la personalidad de las villanas sino también a su aspecto físico. Como explica The Conversation, tradicionalmente representan ese papel una reina malvada o una bruja. Las brujas aparecen como mujeres feas, a menudo viejas, temidas por su poder y excluidas de la sociedad.

 

Las villanas más respetadas

Claro que, como ya vimos con las protagonistas, siempre hay excepciones. Aunque no abunden, en la literatura infantil podemos encontrar ilustres villanas. Algunas revisitan los cánones clásicos y les dan un nuevo valor, otras rompen con los estereotipos físicos y se presentan bajo una apariencia atractiva. La mayoría hacen gala de una gran inteligencia. Y todas, sin duda, son carismáticas.

Seguro que os vienen a la mente varios ejemplos. Aquí tenéis una selección muy personal:

1. La Otra Madre
Coraline, de Neil Gaiman (2002)
Es prácticamente idéntica a la madre de Coraline, pero tiene por ojos un par de botones negros. Ofrece a la niña la familia perfecta que tanto desea a cambio de dejarse coser botones en los ojos. Cuando Coraline se niega, la mujer muestra su verdadero yo: es un ser terrorífico que crea maravillosos mundos imaginarios para atraer a los niños y robarles el alma.

2. La Malvada Bruja del Oeste
El mago de Oz, de L. Frank Baum (1900)
Cargarse a la hermana de la bruja más maléfica de Oz, aunque sea aterrizando accidentalmente sobre ella tras un tornado, no es la mejor tarjeta de presentación. Así es fácil entender que Dorothy no sea bien recibida por la Malvada Bruja del Oeste. Esta mujer poderosa, que gobierna el país Winkie, tiene a sus órdenes un peligroso ejército de animales aterradores.

3. La señora Coulter
Trilogía La materia oscura, de Philip Pullman (1995-2000)
A esta atractiva y elegante dama de la alta sociedad no hay niño que se le resista. Consigue fascinarles de tal manera que estarían dispuestos a seguirla hasta el fin del mundo. De hecho, lo hacen. Pero detrás de su refinada educación y su amabilidad se esconde una mujer ambiciosa y manipuladora, capaz de todo con tal de ver cumplidos sus oscuros propósitos.

4. Jadis, la Bruja Blanca
El león, la bruja y el armario, de CS Lewis (1950)
He aquí otra mujer inteligente y de gran belleza con un carácter despiadado. Aunque en este caso no lo disimula. Jadis es la bruja malévola que ha sumido a Narnia en un invierno constante y, lo que es peor, sin el menor atisbo de Navidad. Fuerte y poderosa, no duda en convertir en piedra a quien se cruza en su camino con intereses contrarios a los suyos.

5. La señorita Trunchbull
Matilda, de Roald Dahl (1988)
¿Qué hace una mujer iracunda y tiránica como esta, que no soporta a los niños, dirigiendo la escuela a la que asiste Matilda? Aterrorizar a alumnos y profesores. Como castigo, suele encerrar a los pequeños en un armario o lanzarlos cual martillo olímpico. ¿Quién creería que una directora pudiera hacer algo así? Las familias, no. Y ahí estriba su poder.

6. La Reina de Corazones
Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll (1865)
Esta mujer excéntrica gobierna el surrealista país al que ha ido a parar Alicia. No es una villana propiamente dicha, pero tiene un genio de mil demonios y no le gusta que le lleven la contraria, algo que la convierte en una peligrosa oponente. Sobre todo durante un partido de croquet. ¿Quién no recuerda aquello de “¡Que le corten la cabeza!”?

7. Bellatrix Lestrange
Saga Harry Potter, de J. K. Rowling (1997-2007)
No se trata de Dolores Umbridge. Ni siquiera de Voldemort. Si hay un archienemigo vil y despiadado en la vida de Harry Potter, esa es Bellatrix Lestrange. Esta bruja extremadamente poderosa y hábil con las artes oscuras no tolera a los magos que no tengan pureza de sangre. Es un personaje peligroso y sádico que siente placer torturando a los demás.

8. Cruella de Vil
101 dálmatas, de Dodie Smith (1956)
Esta rica heredera, glamurosa y extravagante, hace honor a su nombre (y también a su apellido, si lo leemos en inglés). Es déspota y caprichosa. Le interesan los animales, pero sólo por las pieles, que son su auténtica pasión. De ahí que los dálmatas de la historia estén en peligro: a Cruella se le ha metido entre ceja y ceja hacerse un abrigo con sus pieles moteadas.

9. La Gran Bruja
Las brujas, de Roald Dahl (1983)
Es la mujer más malvada del mundo, la bruja entre brujas, temida incluso por sus comadres. Aunque a ojos de los humanos aparece como una señora de lo más normal, su verdadero aspecto físico es terrorífico. A sus órdenes, las brujas conspiran para llevar a cabo un siniestro plan: acabar con todos los niños del planeta, a los que su jefa odia profundamente.

10. La señora Maldiente
Jim Botón y Lucas el maquinista, de Michael Ende (1960)
Ya vimos que el estudio de The Guardian denunciaba estereotipos en cuanto a los géneros también entre los animales. Si lo habitual es que las bestias poderosas y peligrosas sean machos, este personaje es la excepción. Como la señorita Trunchbull, esta vieja dragona dirige una escuela para niños. Y como su colega, trata a sus alumnos de la peor forma posible.


Foto: Kevin Dooley