Durante años, mondorino invitó a jugar con la literatura a través de La palabra entre líneas.
La mecánica de este blog era sencilla. Cada semana se publicaba un microrrelato inspirado en una palabra concreta: no aparecía en el texto, pero podía leerse entre líneas. Los participantes tenían que descubrir de qué palabra se trataba. Como únicas pistas contaban con la inicial, el número de letras y el tipo de palabra. Aunque la principal orientación la ofrecía, cómo no, el propio cuento.
La iniciativa terminó, pero el blog permanece. Todavía se puede jugar a las adivinanzas con los microrrelatos.