La imagen habla por sí sola. A Chus empezó a interesarle el arte de domar palabras a muy tierna edad. Como se puede apreciar en la fotografía, apenas sabía caminar pero ya mostraba un instinto natural para atrapar vocablos exóticos. Su cara, radiante de felicidad, lo dice todo.

Ya en la etapa escolar, se apasionó por la lectura. Podía pasarse horas curioseando libros en la biblioteca sin saber por cuál decidirse. Allí empezó su eterno romance con la literatura infantil y juvenil. Pronto descubrió que también le gustaba inventar y escribir sus propias historias.

Para acercarse a su sueño de ser domadora, estudió periodismo. Desde entonces ha trabajado atrapando y adiestrando palabras indómitas para diversas empresas y medios de comunicación escritos y online.